viernes, julio 24, 2009

Sur (y con viento a favor...)






Vacaciones de verano 2008-2009 con destino a Puerto Madryn, Chubut. Una belleza, ya lo saben todos!! Pero siempre vale una muestra... las fotos fueron tomadas por mi amigo Joel Hume (laureles para él!)

Paz en La Paz (Entre Ríos)






Durante el fin de semana largo de mayo, nos fuimos con un par de amigos a bajar un cambio a La Paz, Entre Ríos. Estuvimos en las termas, paseamos por el río, comimos rico, en fin, todas esas cosas lindas que uno hace cuando está en plan relax.

viernes, agosto 01, 2008

Tierra de Incas

Este año hicimos un viaje a Perú, en marzo. Recorrimos algunas ciudades del centro y del sur del país; todo es de una belleza increíble.

Por ahora solo van unas fotos de Machu Picchu (y otras más) y más adelante prometo el recuento día por día!




Wayna Picchu

Machu Picchu visto desde Wayna Picchu. Enyoguizada.



Con Mai llegando a Machu Picchu. Aquí en las ruinas de Wiñaywayna.


Esta última corresponde a la Isla de los Uros, en el Lago Titicaca del lado peruano. Son islas flotantes.

miércoles, julio 12, 2006

Ruinas de San Ignacio Misiones 2004


Ruinas...un lugar de paz, que recorrimos junto a unos amigos franceses. Una belleza!

jueves, julio 06, 2006

Cataratas del Iguazú 2004


Siempre me pregunto qué habrá pensado Alvar Nuñez Cabeza de Vaca cuando vio estas bellezas luego de bajar por el Amazonas con su expedición, allá lejos y hace tiempo.

La Paz Bolivia 2006


La Paz: Plaza Murillo, el Mercado de Brujas ... urbe tercermundista al
200 %. Metrópolis candente custodiada por la otra, la verdadera ciudad, "El Alto". Millones de habitantes mascando coca y bebiendo chicha, todos al mismo tiempo. Una gran mezcla de sabores y olores. Pasen y prueben.

Potosí Bolivia 2006

Cúpulas, arcos y catacumbas que datan de la colonia... colores vivos y callecitas empinadas por doquier. La historia se retuerce, 9 mts bajo tierra, en las profundidades de las minas del Cerro Rico, y el Tío espera paciente su orgía de coca, dinero y alcohol.
Una altura sobre el nivel del mar de más de 4000 mts, tanto que caminar "doblado" es una realidad. Pasen y vean: hela aquí, Potosí!

miércoles, julio 05, 2006

Salinas Grandes Jujuy 2006


Un océano de sal, una verdadera visión en blanco. Saladito.

Oxfordshire 2003




Ni los bosques de Sherwood, ni el Rey Arturo y sus caballeros de la mesa redonda... nada de esto encontré en mi paso por las tierras corsarias. Pero sí puro royal glam! eso nunca falta, como una pinta en el pub.


Una postal de otro tiempo

París Francia 2003 avec Henry et Olly


Oh lá lá! la ciudad de l'amour! el Sacre Coeur, el Louvre, las Tulleries, la tumba de Napoléon, La Bastille, Le Siene. Sin palabras.
Esta foto nos muestra la entrada principal a la Catedral de Notre Dame, hogar del infamous jorobado. Si me preguntan, yo no creo en las brujas...

jueves, mayo 18, 2006

Tierra adentro en Bolivia

Isla del Sol en el Lago Titicaca
1° DÍA. 09/01/06. Paraná, E. Ríos – San Miguel de Tucumán.

Las viajeras éramos tres: Analía, Ale y Maia. Si bien vivimos en Buenos Aires, habíamos coordinado para encontrarnos en Entre Ríos, donde pasábamos vacaciones. Partimos nuestro primer día a las 19 hs en el bus de larga distancia semi-cama “El Práctico”, desde Paraná, con destino final a San Miguel de Tucumán.

2° DÍA. 10/01/06. S. Miguel de Tucumán – San Salvador de Jujuy.

Hicimos trasbordo a la mañana en San Miguel de Tucumán, luego de esperar más de tres horas por una demora (nada raro). Viajamos cómodas y ansiosas! Ya se empezaban a ver caras de viajeros, sobretodo de jóvenes con guitarras y mochilas grandes. Era un buen signo!

Segundo viaje del día: S. Miguel de Tucumán - S. Salvador de Jujuy – La Quiaca

Desde Tucumán nos tomamos el bus hasta la capital de Jujuy. Como ya conocíamos la ciudad (las 3) y como no nos gustaba mucho, decidimos irnos a La Quiaca en el primer micro que saliera para allá. Tomamos uno de los típicos colectivos zonales, “El Panamericano”, alrededor de las 14:30 hs y partimos rumbo al norte. Este viaje fue muy lindo porque nos permitió recorrer una vez más aquellas preciosas rutas llenas de recuerdos, quebradas, y cholas.
Llegamos a destino a las 20 hs y empezamos la búsqueda de alojamiento (un bien muy preciado en estos lugares y por estas épocas). Luego de deambular por varios hostels y posadas locales sin suerte alguna, y cargadas con las super mochilas, encontramos la bondad y calidez del “Hostel Copacabana”. Sus dueños, Marcelo y María, improvisaron unas camas en el propio living de su casa. La posada era muy cálida, muy limpia y, sobretodo, económica ($ 10 por persona).

+ DATOS:
Hostel Copacabana (Marcelo y María).
Pellegrini 141
Tel: 03885-423875
La Quiaca – Jujuy.


Muertas de cansancio, nos acostamos tempranito.

3° DÍA. 11/01/06. La Quiaca - Yavi

Un nuevo día nos esperaba. Nos levantamos temprano y luego de desayunar, partimos a conseguir info turística. Después de recorrerla brevemente, decidimos ir hasta Villazón, la primera ciudad boliviana cruzando la frontera, para cambiar pesos argentinos a pesos bolivianos y de paso averiguar horarios de buses.
Pasamos la frontera sin problemas, alrededor de las 10 de la mañana. Recorrimos mínimamente las cuadras cercanas al paso de frontera que no es muy distinta de las demás ciudades de frontera. Había mucha gente, entre vendedores y turistas. Y nos llamó la atención la gran cantidad de casas de cambio. La cotización del día era de $1 bol.- $2.58 arg. Luego fuimos hasta la Terminal de ómnibus y compramos los pasajes hacia Tupiza, para el día siguiente.
Volvimos al mediodía para La Quiaca, justo a tiempo para almorzar una rica comida acompañada con sopa! Por la tarde tomamos una camioneta a la vuelta del mercado central, tal como nos lo habían anticipado, y nos llevó a Yavi, una pequeña localidad a 15 km de distancia. ¡Una belleza total! Queremos volver y quedarnos al menos una noche. Es un pueblito muy lindo (a 3400 mts sobre el nivel del mar) con casas de adobe. Nada más. Hay pocas calles, una plazoleta o dos. Y el paisaje principal son las montañas. Calles de tierra, techos de paja y ni un alma por los rincones. Recorrimos el pueblo, fuimos a la iglesia que data de 1609 y se mantiene intacta! Es una de las más reconocidas del país: su interior es un verdadero espectáculo! Tiene cuadros originales traídos de Cuzco y el altar y púlpitos hechos en madera y laminados en oro. Muy bella; uno se siente como si hubiera entrado por un túnel al pasado.
Más tarde tomamos una gaseosa (el sol nos castigó bastante) en una posada muy linda y rustica, a la cual prometimos regresar. Nos imaginábamos lo duro que debe pasar el invierno en Yavi. Charlamos un rato con la dueña del lugar, que nos contó como se cansó de la ciudad y se vino a vivir al pueblo. También nos contó, no sin demostrar un gran orgullo, cómo habían ido a filmar una peli en el pueblito y lo famosos que serían.
Por la tarde volvimos a La Quiaca y nos quedamos en el hostel a descansar.

4° DÍA. 12/01/06. La Quiaca, Argentina – Tupiza, Bolivia.

Nuestro primer día oficial en los pagos de Evo! La emoción que demostraban nuestros rostros era evidente. Nos levantamos super temprano y a las 7 hs (hora argentina) estábamos en la frontera con Bolivia. Esta vez, con todo el cargamento encima! Nos fuimos en “Transporte Segovia” hasta Tupiza, nuestro primer destino en tierra boliviana. Allí teníamos la reserva en el Hostel Valle Hermoso, adherido a Hostelling International.
Recomendación: Cruzar la frontera bien temprano (6 am en Bolivia) es ideal! Hay muy poca cola, casi nada, para Migraciones y los trámites que hay que hacer. Además, se puede caminar bien tranquilo por las calles ya que están vacías.

En camino a Tupiza el bus iba parando en distintos pobladitos y subía y bajaba gente. A más o menos una hora de viaje, luego de toparnos con un paisaje árido, encontramos un pequeño caserío en un valle verde llamado “Tambo verde”. Se veía precioso! Rodeado de sauces llorones y todo tipo de árboles. Una suerte de oasis entre tanta aridez.
Más adelante en la carretera pasamos por Arenales; Hamaca; Charaja; Totloca.
Llegamos a Tupiza y nos fuimos directo al Hostel. Tuvimos que esperar para estar en un cuarto, ya que la reserva estaba hecha pero los cuartos no estaban desalojados aún. Dejamos nuestras pertenencias y salimos a recorrer, en busca de un buen desayuno. Por la tarde hicimos la cabalgata por Puerta del Diablo, Valle del Duende, de los Machos y el Cañón del Inca. Fue una experiencia alocada y muy angustiante, porque tuvimos inconvenientes con los caballos (Ver: Historia de La Maia jockey), pero por suerte la jornada terminó ok, sin heridos de gravedad (salvo el megamoretón que, adelantándome un poco, acompañaría a analía durante todo el viaje, y del cual hay testimonio fotográfico!) y sin peleas con las personas que nos llevaron. Por la noche no pudimos más que descansar.

5° DÍA. 13/01/06. Tupiza – Uyuni.

Hoy nos levantamos temprano y contratamos un tour de día y medio para ir al Salar de Uyuni. Nos entusiasmamos mucho escuchando las explicaciones y viendo las fotos que tenían las chicas del hostel que, by the way, también tenía una agencia de turismo (en realidad tercerizan los servicios de tours). Promediando las 10 am nos subimos a una camioneta tipo jeep 4X4 y conocimos al resto de los integrantes del grupo, argentos todos ellos: Andrés (geólogo de La Plata), Pilar (novia de Andrés, geóloga y de Pto Madryn como Maia y yo!!), Ángeles (instructora de yoga y diseñadora gráfica, cordobesa) y Dolores (Agrónoma, cordobesa guaso!). Enseguida nos presentamos todos y se notó la buena onda. Nuestro conductor se llamaba Asencio y la cocinera –su esposa- Mary. Eran muy amables pero poco conversadores, al menos al principio.
Por el camino pasamos por Tolamayo (pueblito minero) e ingresamos a una mina, solo al comienzo. Más tarde estuvimos en Atocha, un lugar re lindo! Las casitas en las alturas, con callecitas super empinadas (aquí una foto)




Llegamos al pueblo-ciudad de Uyuni y anduvimos paseando un rato, el tiempo que nos permitió la lluvia que se avecinaba. Nos gustó bastante el mini Big ben que hay por la zona central. Por la noche cenamos todos juntos en el Hostel (que estaba para morirse, literalmente) una rica comida típica que nos cocinó Mary. ¡Una sopa de diez! Luego a dormir temprano porque iríamos al amanecer al centro del salar.

6° DÍA. 14/01/06. Salar de Uyuni.

Amanecimos a las 3:30 am, bien tempranito para salir con nuestro grupo camino al Salar de Uyuni!!! So exciting! Lamentablemente no pudimos ver la salida del sol dentro del salar por el estado del clima. Estaba extremadamente nublado por las lluvias de la noche previa. Poco a poco fuimos viendo más del paisaje y nos quedamos atónitos, maravillados! Un mar blanco de sal, cubierto de una fina capa de agua, producto del chaparrón, haciendo las veces de espejo para el sol. Por donde miráramos solo veíamos una inmensidad pálida que jugaba a las escondidas con el cielo y las nubes. Llegamos a la Isla del Pescado o Inca Huasi (Casa del Inca) y recorrimos un par de horas. Asombrados por la cantidad de cactus que encontramos, tuvimos una guía super valiosa con los dos geólogos y la agrimensora. Promediando el mediodía, Asencio y Mary nos habían preparado un banquete sobre las mesas de sal: un desayuno como Dios manda. También Asencio y Mary nos enseñaron algunos pasos de la cumbia boliviana (que disfrutamos durante todo el camino en la camio, y que bastante influenciada por la argentina está).




El salar de Uyuni (Uiuni, que le dicen) tiene una extensión de 12.000 km2 y se encuentra a 3600 mts sobre el nivel del mar. De solo pensarlo me daba vértigo. Por la tarde, continuamos recorriendo el salar, esta vez en la camioneta, turnándonos para ir arriba de todo! Impresionante la sensación! También bajamos para conocer el hotel de sal, una edificación construida en sal. Ver para creer. Nos tomamos fotos allí y en los ojos de agua, unos agujeros que se asemejan a unos géiseres ya que emanan agua y burbujitas. Los lugareños nos comentaron que la gente viaja exclusivamente para sumergirse, por ejemplo, si tienen algún problema con sus piernas o algo así. Para terminar nuestro paseo, retornamos a la ciudad e hicimos el check out. Nos despedimos de Asencio y Mary, nuestros guías, quienes tan amables habían sido con nosotros.

Asencio y Mary – Tour al Salar de Uyuni
Celular 591-2-724-01657


Con todas nuestras mochilas y bártulos, nos dirigimos a la estación de bus, que no existía, sino que eran unos negocios desperdigados por ahí. Coincidimos todos en que nuestro próximo destino sería Potosí, así que sacamos pasajes para todos, dejamos las cosas y nos fuimos a recorrer. Nos metimos en un bar a comer algo y pedimos una pizza. Era alrededor las seis de la tarde y teníamos hambre. Cuando pedimos la cuenta, casi morimos! Habíamos pedido una pizza que costaba $ 60 bolivianos. Era mucha plata para lo que veníamos gastando en comida; comíamos por $10 una comida completa. Imaginen nuestras caras! Jeje. Menos mal que el cambio es favorable.
Cuando el reloj dio las siete, nos tomamos el “Quijarro” con rumbo a Potosí. El camino fue durísimo con muchas curvas horrendas que yo detesté. Encima el chofer subía gente todo el tiempo. Personas que, por supuesto, pagaban menos e iban parados en el pasillo. Era muy triste el panorama: todos amontonados, tanto mayores como niños. Un tramo bien largo un nenito viajó a upa conmigo porque antes venía parado en el pasillo junto a su papá. Nos comentaban que ellos están acostumbrados a viajar tantas horas parado, pero para nosotros era tremendo. A las 2 am, luego de varias paradas (que incluyeron un desperfecto en el micro) arribamos a Potosí. ¡qué rápido que manejan los choferes! Nos comentaron que manejan así de rápido y borrachos, porque los caminos son fuleros y nadie se anima a andarlos de otra manera. En fin. Fuimos directo al “Hostel Sumaj”, que era donde yo había reservado. Bueno, eso fue duro! Eran unas mini habitaciones que parecían recovecos para narcos. Era bastante feo el lugar y las facilidades. Esa noche yo no dormí casi nada, super paranoiqueada como estaba.

7° DÍA. 15/01/06. Potosí.

Hoy amanecimos y fuimos a recorrer la ciudad: es preciosa, todo muy colonial, con las casas pintadas de distintos colores. Eso sí: bastante sucia; hay hasta mal olor en las calles y muchas caras de “pocos amigos”. Existe una feria en donde se puede comprar de todo: ropa, muebles, comida. Fuimos a visitar la Casa de la Moneda, una de las atracciones principales pero como estaban cerrando solo pudimos recorrer el edificio sin ingresar a las salas. La verdad, una lástima. Allí dentro guardan piezas importantísimas para la historia de la colonización hispánica, como las máquinas con las cuales realizaban el trabajo forzoso de trabajar los materiales para las monedas, tirados por caballos y hombres. En fin, una pena perdernos este recorrido, era domingo y el lunes no abrían por mantenimiento. De todas maneras aún nos quedaba por conocer la pièce de résistance potosina.
Al mediodía volvimos al “hostel de la muerte” y nos cambiamos de habitación (a una mejor). Luego nos fuimos al tour de las Minas del Cerro Rico, las minas de plata de Potosí (main attraction). Y ahí empezó la debacle: fue terrible. Me resultó muy dura la experiencia, peligrosa en algún punto y sumamente angustiante. La idea es meterse en las minas que alguna vez enriquecieron las arcas del Virreinato del Alto Perú (las arcas de los Reyes de España, debería decir) que datan de 1500 años ha, a 800 o 900 metros de profundidad. Hubo lugares tan estrechos en los que debíamos pasar reptando! Uno de los guías que nos llevó adentro tenía 15 años y desde los 13 trabajaba allí. Es una herencia familiar, su padre y su abuelo lo habían hecho. El trabajo en las minas sigue siendo una de las actividades económicas principales hoy en día en Potosí, aún cuando los frutos de la explotación no se los llevan al Viejo Continente. Si este muchacho continúa trabajando allí, su expectativa de vida es alcanzar los 40 años. Realmente fue muy sorprendente conocer en persona la insalubre actividad que tanto sufrimiento y ambición trajo a la región. Fue positivo para “abrir la cabeza” y constatar una realidad que aún hoy sigue vigente. Habíamos elegido un día domingo porque ese día es el único de la semana en que los mineros no trabajan; si se elige otro día común de trabajo, se los puede observar en su tarea, mientras ellos piden coca, tabaco y alcohol. Allí abajo, de profundis, se podía inhalar un perfume de azufre que cala bien hondo, en el pecho y en la mente. Hay un museo donde muestran cómo trabajaban los mineros de las primeras épocas y también hay un espacio dedicado al Tío, con sus correspondientes ofrendas de tabaco, alcohol y hojas de coca. El tío o diablo es el cuidador de las entrañas del cerro y de todos los mineros que allí acuden cotidianamente, a enfrentarse con sus propios demonios.
Este día conocimos a los Tucumanos y yo a los brasileños. Todos me ayudaron a subir los peores lugares adentro de la mina.
La ciudad de Potosí está situada a 4800 metros sobre el nivel del mar y las minas a 4880. Caminar es toda una experiencia desafiante de la física: se camina doblado, literalmente. Al menos así lo viví yo.
Por la tarde fuimos a pasear por la ciudad y nos topamos con un momento religioso especial: un bautismo en la Iglesia de San Lorenzo. Nos dejaron sacarle fotos a las personas que, felices, salían con su niño en brazos, ahora sí libre de todo pecado. Allí dentro encontramos al Padre Wilfredo López Juárez, todo un personaje. La Iglesia estaba ya cerrada pero nos comentó sobre los detalles de la fachada: son una mezcla barroca con el arte originario indígena local. Cuando llegaron los españoles intentaron doblegar a los indígenas culturalmente al construir iglesias y revestirlas con su arte barroco. Pero los aborígenes mantuvieron su estilo, fusionándolo en medio de los pilares o entradas a las Iglesias. Esta fue la primera Catedral de la Colonización española en el Virreinato. Y al parecer Castelli estuvo aquí. Todo sonaba muy interesante.
Esa noche cenamos con los chicos en el hostel (Andrés, Pilar, Dolores y Ángeles). Esa noche también la pasé muy mal, pero esta vez afectada por la altura.


8° DÍA. 16/01/06. Potosí - Sucre.

En nuestro octavo día del viaje dormimos hasta media mañana y nos fuimos a conocer un poco más de la ciudad. Promediando el mediodía yo ingresé al Convento de San Francisco, una obra imponente. Muy bueno. Allí me encontré con los chicos brasileños y me enteré que estudiaban historia. La guía fue muy completa y nos contó toda la historia del convento. El techo tenía una vista privilegiada de la ciudad. En un momento llovió mucho y cayó granizo! Tuvimos que refugiarnos en la torre de las campanas. Luego nos llevaron a recorrer las catacumbas, muy tétrico. Ese lugar cuenta con varios túneles que ahora están bloqueados a partir de dos grandes terremotos ocurridos en décadas pasadas. Nos contaban cómo esos túneles supuestamente unen todos los conventos de la ciudad. Y no faltaron las historias de cómo, supuestamente también, las monjas que habitaban determinados conventos se encontraban con los sacerdotes de otros (no recuerdo cuáles eran los nombres de todos) y allí abajo, en los túneles, mantenían relaciones sexuales. De aquéllas relaciones surgieron embarazos que, por obvias razones, terminaron en abortos. Y los fetos impuros terminaban enterrados ahí mismo, tapando el pecado.
También pudimos observar gran cantidad de pinturas del estilo cusqueño, estilo al cual pertenecen tales obras de arte.
Al salir de San Francisco almorzamos todos juntos en un lindo restaurante cercano. Tipo 2 pm tomé un bus muy pequeño y con un niño gritando colgado de un costado del coche, y me llevó hasta el hostel (o cerca). De ahí partimos a la terminal. A las 17 horas salimos con rumbo a Sucre. El micro, parar variar, se rompió “al tiro”, como dicen nuestros hermanos chilenos. El paisaje era increíble, todo muy verde y lleno de sembradíos. Finalmente llegamos a Sucre a eso de las 21 horas. En el viaje conocimos a Jesse, un holandés. Cuando llegamos a Sucre, se hospedó en el mismo hostel que nosotras, que teníamos reserva desde Potosí obvio. Allí estábamos muy cómodos, quedaba cerca de la estación y las instalaciones eran magníficas. Lejos estábamos de saber que ese iba a ser el mejor alojamiento de todo el viaje! El “Sucre hostelling” era hermoso. El único defecto: quedaba lejos del centro. Esa noche cenamos pizza y compramos unas cervezas. Y a la cama temprano.

9° DÍA. 17/01/06. Sucre.

Sucre es increíble. Nos encantó enseguida llegamos. Es una ciudad colonial, muy prolija, llamada la “Ciudad Blanca de América” en honor a sus edificios, todos pintados de blanco puro. Es una ciudad universitaria y se nota. Hay una gran movida cultural que no se respira en los demás destinos que recorrimos. El promedio de edad del 60 % del a población es de menos de 23 años. La ciudad es muy bella y está enmarcada en un valle super verde y hermoso. Al mediodía cambiamos de hostel al “Cruz de Popayán”, donde conocimos al gentil Abad, hijo de los dueños. La casa donde funciona el hostal es alucinante; construida en 1609, queda a dos cuadras de la plaza central de Sucre. Nos costó 28,50 pesos bolivianos a cada una, con desayuno e Internet, y valió cada centavo. De esos hostels donde uno quiere quedarse más y más tiempo, como si estuviera en su casa. Queda en calle Loa y Colón, muy recomendable (sobretodo el patio!).




Después de acomodarnos fuimos a pasear. Comimos algo en un lindo restaurante del Mercado Central. Sucre tiene un mercado deslumbrante: todo tipo de frutas, verduras y claro, como no podía faltar, carnes expuestas de la manera más “vistosa” posible. Jugos y licuados a morir.
Por la siesta, Maia y yo fuimos a la Iglesia de La Merced y luego al Convento de San Felipe Neri. Este último fue increíble! En La Merced nos llamó la atención, además de la bella vista desde las cúpulas, un órgano muy antiguo que ya no funciona y un retablo hecho en cedro que es de la época colonial, de confección muy original. En San Felipe Neri, el guía Pedro se explayó durante 2 horas en su charla. La verdad que este convento es alucinante; pertenecía a la Orden de los Filipenses, unos monjes con ideas bastante radicales para su época (sobretodo si tenemos en cuenta que coexistían con Santo Domingo que pertenecía a la Inquisición!), por ejemplo, creían en la Reencarnación y por ello enterraban a sus muertos en posición vertical. Los dejaban en las catacumbas hasta que estos pasaron por el proceso de momificación. Vimos muchas cosas interesantes, desde curiosidades en el techo hasta la inscripción en hebreo del altar mayor de la Iglesia, o las catacumbas clausuradas y el cuadro de la Última cena” pero en versión aborigen, con María Magdalena incluida. Una verdadera joyita.
Esa noche decidimos salir a tomar unos tragos a un pub local llamado “Joyride”, propiedad de holandeses. Allí conocimos a Nano (Virus), Chino, Alejandro (ambos) Daniel y Diego, unos chicos bolivianos muy buena onda. Nos contaron cómo era la vida allí en Sucre, muy diferente al resto de Bolivia. Hay gran parte de la población educada en la universidad (mayormente en el extranjero) y mucha riqueza, a diferencia del sur del país. Nos divertimos mucha esa noche, bailamos sin parar y luego nos acompañaron de regreso al hostel, como buenos caballeros. Quedamos en repetir la velada al día siguiente.

10° DÍA. 18/01/06. Sucre.

Hoy dormimos hasta tarde. Cuando amanecimos fuimos al Museo de las Máscaras, muy interesante. Luego a la Feria del Libro (Maia compró un ejemplar de “Las venas abiertas de América Latina de Galeano, muy apropiado para acompañar el viaje), al Museo Universitario, donde encontramos la “primera bandera argentina” (sic). Fuimos al Mercado a por comestibles y luego almorzamos polenta con carne en el hostel, muy rica.
Más tarde recorrimos la ciudad un poco más: la Plaza Central y la Universidad de San Xavier de Chuquisaca (como se llamó Sucre en alguna de sus cuatro nomenclaturas). Todo muy lindo y académico.
A ka tardecita recuperé fuerzas con una siesta. Más tarde nos preparamos para salir nuevamente y Maia había conocido a unos extranjeros alojados en el mismo hostel. Jugamos a las cartas, nos enseñaron a jugar a un juego super divertido llamado “asshole”. Más tarde los invitamos a sumarse y fuimos todos al Joyride. Alrededor de las 23 horas aparecieron nuestros amigos de la noche anterior y comenzamos la noche internacional. Nos divertimos muchísimo también. Bailamos mucho, una música de los años noventa espectacular. Luego cerró el pub y estos chicos nos llevaron a otro, pero para locales. Todo muy lindo.

11° DÍA. 19/01/06. Sucre.

Con pocas horas de sueño en nuestro haber, fuimos a recorrer La Recoleta de Sucre ¡qué belleza! Como todo lo recoleto, allí vivían unos monjes. Desde ahí se puede apreciar toda la ciudad y hay un museo muy entretenido para visitar. Una vista impresionante. Recorrimos el predio, incluidas las 3 vueltas al cedro más antiguo del mundo (acusa 1600 años). Eran 3 vueltas a la derecha para pedir un deseo! Y 3 a la izquierda para casarse. Una integrante de nuestro equipo dio los dos tipos de vueltas, just in case.
Cuando nos íbamos de Recoleta, las chicas curiosearon en el restaurante El Mirador, un lugar muy paquete y, supusimos, caro. Pero nos sorprendimos cuando el mismísimo chef del lugar salió a invitarnos. Nos quedamos a almorzar, disfrutando de la bellísima vista desde el balcón. Muy recomendable y nada expensivo para la calidad y cantidad de la comida.
Volvimos al hostel y jugamos al jenga con Abad. A las 17 partimos (con Jesse, el holandés, incluido) a la terminal. Nos encantó Sucre y queremos volver algún día.
Viajamos toda la noche hasta las 5 am cuando arribamos a La Paz.

12° DÍA. 20/01/06. La Paz.

En la terminal de buses, muy temprano en la mañana, nos encontramos de nuevo con los Tucumanos que habíamos conocido en Potosí (ya los habíamos cruzado en Sucre). Nos habían recomendado que, por seguridad, al llegar a La Paz, nos quedáramos una hora o dos dentro del micro, hasta que se hicieran las 6 o 7 am. Como estos chicos eran muchos e iban en grupo en la misma dirección que nosotras, o sea, hacia la nada, nos fuimos con ellos. El asunto era que en pocos días más asumiría la presidencia Evo Morales y se realizarían tres ceremonias en La Paz. La ciudad estaba saturada en su capacidad hotelera, en gran parte por hordas de argentinos curiosos que venían especialmente para tal acontecimiento político (primera vez que asumía un presidente aborigen). Estos chicos, al igual que nosotras, no tenían habitación reservada y nos acompañaron hasta que encontramos lugar en el “Paris”, sobre calle Yanacocha. Había bastantes argentinos ya alojados allí. Y no estaba tan mal el sitio, salvo por los terribles baños. Realmente olían muy mal y no había agua caliente. Las condiciones de sanidad dejaban mucho que desear. Después de dejar nuestras cosas, nos fuimos al centro a recorrer (queda a 4 cuadras del hostal), cuesta abajo, en busca de un desayuno decente.
Al encontrarnos con la Plaza Murillo nos sorprendimos. Está rodeada por el Palacio de Gobierno, el Congreso y La Catedral. Estaban decorando todo para la 2da posesión de Evo Morales, así que el clima era muy festivo. Muchos colores en la plaza principal. Finalmente dimos unas vueltas, hicimos gala de nuestro acento “gaucho” como nos llaman allí y dimos con un café muy chic de la zona administrativa. Habiendo desayunado muy bien, nos dedicamos a recorrer un poco más de La Paz. Fuimos a la Catedral a por las fotos correspondientes y luego al Museo de la Numismática. Pues ¿qué puede tener de interesante una museo de monedas? Mucho. Muy interesante. Ahí nos apenamos una vez más por no haber podido ingresar a la Casa de la Moneda en Potosí, de donde salieron las piezas ahí exhibidas.
Luego de almorzar, Ana y yo dormimos la siesta. A las 17 horas me levanté y me fui al Mercado de Brujas, a comprar. Es un lindo paseo, muy pintoresco. Queda detrás de otra catedral muy conocida, en la Plaza de los Héroes. Son algunas calles atestadas de puestos de artesanos y vendedores ambulantes de ropa y chucherías. Especial para ir de shopping con algunos pesos bolivianos o dólares.
A la noche fuimos a la zona top de La Paz: el Prado. Ahí comimos una riquísima pizza en “Ely’s”, local conocido del barrio. En esta parte de la ciudad es donde se puede observar más riqueza que en el resto; hay hoteles más lujosos y mucho local para entretenerse. Más tarde tomamos un taxi de regreso al hostel a dormir. Un pequeño detalle: el Paris cerraba sus puertas con llave ¡y candado! a medianoche. Y no hay tu tía.

13° DÍA. 21/01/06. La Paz – Tiwanacu.

Nos levantamos tarde y nos fuimos directo a Tiwanacu. Tomamos un bus hasta el cementerio y desde ahí otro hacia las ruinas. En este día se celebraba la primera posesión del nuevo Presidente boliviano: Evo Morales Aima, una ceremonia religiosa que tendría lugar en las ruinas sagradas. El camino era imponente: colas y colas de automóviles, buses y demás para llegar a tiempo. Se celebraría con las vestimentas originales aborígenes de Aymaras y se le entregaría el cetro sagrado que viene pasando de generación en generación. Llegamos justo a tiempo para ver el gran despliegue de seguridad y la gran cantidad de prensa de todo el mundo. En ese momento nos desorientamos con tanta gente y decidimos parar para comernos un chorizan bien completo. Entonces decidimos seguir a una fila de gente local que iba en dirección al pueblo; nos dijeron que en la Plaza del Pueblo de Tiwanacu Evo Morales daría un discurso luego de su ceremonia. Nos equivocamos y los seguimos. Estuvimos en la plaza con la gente, esperanzada, feliz y emocionada por el acontecimiento histórico que íbamos a presenciar. En esos momentos se llevaba a cabo la ceremonia religiosa en las ruinas a las cuales no accedimos. Nos perdimos la ceremonia y Evo nunca apareció en la Plaza!! Se cortó la torta de Quinoa (tradicional) y todos comimos un poco. La gente que estaba a nuestro alrededor también estaba decepcionada por no haber podido ver a su líder, pero en fin, lo mismo contentos por todo. Nosotras caminamos hacia la entrada del pueblitoy nos fuimos nuevamente a La Paz. Como había un desvío por la cantidad de tránsito, tuvimos que pasar por el centro comercial El Alto, que es como otra ciudad que rodea a La Paz. Nos aseguraron que es muy peligrosa. Esa noche nos quedamos charlando con los argentinos que conocimos en el Paris: Juan Agustín, Gonzalo, Claudia, Juanelo, Nacho, Cecilia, Elpidio y Ángeles y sus amigos cordobeses. Ah sí! Nos habíamos reencontrado con Ángeles ahí. Nos quedamos de guitarreada en el hostel, tomando vino (oporto) y charlando de la vida.

14° DÍA. 22/01/06. La Paz.

Fiesta popular. Muy temprano nos fuimos directo a la Plaza Murillo. Era el día de la Segunda posesión “del Evo”, como lo llamaban todos. Estuvimos ahí hasta las 17 horas, cuando asumió y luego salió a saludar al balcón de la Casa de Gobierno el nuevo Presidente de Bolivia. Con él estaban Chávez, Lula y hasta el Príncipe de España. Les saqué varias fotos a todos, jeje. Estábamos bien ubicadas, los vimos a todos. La Plaza era una fiesta y Evo su anfitrión. Más tarde, cuando el acto concluyó, nos dirigimos hacia la Plaza de los Héroes, una especie de Once paceño. Había mucha gente, miles y miles de bolivianos felices y embriagados, loando a quien adjudicaban la futura “revolución boliviana”. Hubo discursos en un palco, de parte de Evo y de muchos otros políticos asistentes al evento. También canto y bailes, mucho alcohol y mucho aymara. Todos gritaban una palabra y elevaban un puño: “ayaya” o algo así. Luego nos contaron que significaba “así sea” o parecido. Estuvimos metidas en el medio de la multitud, disfrutando del aire de renovación que todo un país predicaba. Fue muy emotivo, hasta que nos dimos cuenta que uno de los artistas más esperados de la noche era el mismísimo Piero. Sí, el cantante argentino, famoso por su canción que dice “es un gran tipo mi viejo” y tantos otros “hits” que corearon enfervorizados los bolivianos que allí estaban. Se escuchaban gritos de fondo que decían “ladrón”, asumimos que provenían de argentinos. Luego se largó a llover y nos fuimos. Cenamos con Andrés y con Pilar, los chicos con quienes hicimos el salar de Uyuni, y volvimos al hostel a dormir. Allí se hizo la segunda noche de guitarreada con los cordobeses, los chicos de Buenos Aires y el resto del Hostel. Buena onda!


15° DÍA. 23/01/06. Copacabana.

Nos fuimos rumbo a Copacabana, última ciudad boliviana previo Lago Titicaca y Perú. Ansiábamos llegar al lago sagrado de los Incas. Tuvimos que cruzar en bote por el Estrecho de Tikina, algo que me mareó mucho, y luego andar unos 40 kms más para encontrarnos con Copacabana - Bolivia. Es un lugar muy lindo, con el lago rodeándolo por donde se mire. El lago le da un brillo particular, con el sol como guía.
Nos alojamos en un hotel lindo y nos fuimos hasta el observatorio astronómico Inca “Inti Watana” o “Pacha taka”. ¡Una vista deslumbrante! Las fotos de rigor y seguimos, esta vez cuesta abajo, guiadas maravillosamente por un niño que nos encontró al subir las rocas. Ya por la noche nos encontramos con los chicos de La Paz para otra noche de guitarras, esta vez con cambio de escenario que pasó al frío. Previo al fogón improvisado, pasamos por un karaoke local que era el lugar más bizarro que fuimos en nuestras vidas… las paredes forradas con un papel aluminio y música de los años 90, pero remixada! De todas maneras bebimos algo y bailamos, en ronda. Luego nos fuimos a la placita a cantar y tomar vodka puro para aguantar el frío (y cantar). Encontramos compañía en una perra, frío en la lluvia que caía y refugio en una glorieta Muy buena noche, el Titicaca trabajaba su magia.

16° DÍA. 24/01/06. Copacabana.

En este día me desperté muy descompuesta. Asumimos que era el hígado pero ahora creo que fue nada más que la altura. Me sentía muy mal y dormí hasta el mediodía. Las chicas fueron a caminar. Yo fui a la Feria de las Alasitas en camino al Calvario. Se trata de la celebración del Ekeko, es decir, de la Abundancia. Las alasitas que se venden por doquier, y que son una monada, son miniaturas de autos, casas, valijas llenas de dinero, títulos universitarios, etc. Si uno desea, por ejemplo, tener una casa el año entrante, se debe comprar la alasita correspondiente a la casa y luego hacerla bendecir por el cura en la misa de la tarde. Y, por supuesto, hacer una ofrenda al muñeco del Ekeko que custodia la entrada a la iglesia. Yo subí lentamente hasta el Calvario y me asombré. Desde ahí se ve toda la costa, el lago en su total magnificencia. También observé a las personas que realizaban los rituales del Ekeko, con palo santo e incienso. Tomé unas fotos bellísimas porque el lugar lo ameritaba. Por la noche me reencontré con las chicas y fuimos a cenar. Luego a un bar cubano en donde me sentí mucho peor que durante el día; la bar tender se acercó y me miró y me dijo: tenés el mal de la altura. Y me dio una pastilla enorme que venía en una mini bolsa de Ziploc. Me fui a descansar y dejé a Maia y Ana charlando y divirtiéndose. Cuando intenté tomar la pastilla, no podía tragarla de lo enorme que era. Tenía una consistencia de pasto, era verde y gorda. Finalmente la tomé y me eché a morir en la cama. Al día siguiente me levanté muy bien. Tiempo más tarde me comentaron que era una pastilla de coca. Tranquila amiga.


17° DÍA. 25/01/06. Isla del Sol.




Tomamos una lanchita desde la costa del lago y nos fuimos rumbo a la Isla del Sol. Para llegar hubo que atravesar el Lago Titicaca durante hora y veinte minutos. El lago se ve inabarcable una vez adentro. Llegamos cerca de las 10:30 y llovía. Descendimos en la zona sur de la isla, según nos comentaron. Sabíamos que al llegar nos esperaba una escalera bastante empinada y complicada de subir, sobretodo con las mochilas encima. El problema mayor fue la lluvia que no acompañaba bien el tema de la subida. Teníamos puestos los pilotines pero fue terrible, ni que decir. En el camino conocimos a Calca, un limeño muy simpático y a su amiga española. Les robaron la billetera en el camino a su hospedaje en la isla.
Recién cuando pudimos alojarnos en la casa de Trini y Edwin Mamani (luego nos explicaron que en la Isla todos son Mamani y Edwins) pudimos apreciar la verdadera belleza del paisaje: alucinante. De lo más bello que vimos en nuestras vidas, sin exagerar. El lugar transmite una paz y una energía que pocas veces encontré en otro lado. En inglés hay una palabra que lo define: breathtaking. Definitivamente nos enamoramos de la Isla del Sol y la recomendamos como uno de esos lugares que uno tiene que conocer sí o sí. El agua del lago color azul y por momento verde, un paisaje de maravilla.
Nos dedicamos a recorrer la Isla, respirar aire puro y tradición de la cosmogonía incaica, truchas fritas que eran una delicia y mucha tranquilidad. Admiramos el atardecer. Nos hicimos amigas de 3 chicos de Buenos Aires que llegaban de Machu Picchu y esa noche nos juntamos todos a cenar junto con los chicos del Paris, que también estaban en la Isla. Comimos rico gracias a Trini, una divina total, y nos quedamos ahí jugando a las cartas y tomando algo hasta que ellos no podían más y los vidrios empañados nos pidieron una tregua. Touché. La seguimos en un local que intentaba ser restaurante, bar y de todo un poco, con muchos extranjeros y turistas perdidos que buscaban diversión. Pero en la Isla no hay ningún lugar como un bar donde ir; uno tiene que encontrar la forma de caminarla a oscuras, alumbrándose con la luz de la luna y las estrellas.


18° DÍA. 26/01/06. Isla del Sol.

En este segundo día en la Isla del Sol yo me encontraba muy enferma. Descuento el asunto frío: tiritaba aún con todo el abrigo que había traído encima. Nunca es suficiente para el frío del Titicaca. No sabía si atribuir el malestar a la tercera trucha que ingería en lo que iba del viaje, ya que había sucumbido a los encantos de tal banquete de los dioses, lo juro.
Nos dedicamos a pasear y recorrer la isla...




Maia se fue hasta la zona norte, donde juran que es más bello, pero no les creo. Tanta belleza podría dañar mis ojos, creo. Ana y yo nos quedamos tranquilas paseando por nuestra área conocida y admirando una y otra vez la grandiosidad de la naturaleza.
Por la tarde fuimos a la playita que estaba debajo de nuestro hospedaje. Nos fuimos en canoa desde el muelle hasta la playita. Esa noche no juntamos nuevamente e hicimos lo de siempre: comida, juego, bebida. Divine.

19° DÍA. 27/01/06. Isla del Sol – Copacabana – La Paz.

Amanecimos muy temprano y nos despedimos de los amables Edwin y Trini. Nos habían recomendado que tomáramos una lancha local que nos cobraría mucho menos que la comercial y así hicimos. Viajamos con la turbulencia del lago en nuestras gargantas. En cuanto hicimos tierra en Copacabana me descompuse completamente. Almorzamos algo al paso y unos té de coca para aguantar, como siempre. El té de coca se convierte en compañero fundamental para el viajero de tierras incas. Luego tomamos un bus que nos llevó en poco tiempo a La Paz. Esa noche nos quedamos allí y compramos un pasaje para el día siguiente con destino Villazón. Con mucha tristeza, admitíamos que estábamos de regreso. Esa noche nos alojamos en distintos hoteles: Maia paró en el afamado pero lleno de pulgas “El carretero”, elegido por mochileros de todos lados. Analía y yo, más cansadas, optamos por una opción más cara a la vuelta del otro. Por la noche las chicas salieron a comer y a tomar algo y yo me quedé reposando, recuperándome.

20° DÍA. 28/01/06. La Paz.

Recorrimos un poco más de La Paz. Fuimos a un museo o dos más, entre ellos Maia entró al de la Música que recomendó luego. Ya con nuestras mochilas al hombro, emprendimos el camino por calle Yanacocha con dirección a la terminal de buses. Como suele suceder al finalizar los viajes, uno se encuentra con los lugares más lindos y añora quedarse más tiempo: nos encontramos en unas callecitas muy lindas, muy estilo San Telmo, en donde había un bar divino con un señor dueño super amable y nos tomamos un desayuno. Lo mejor para despedir La Paz. Más tarde tomamos el bus y casi no paramos en esas rutas endemoniadas hasta llegar a Villazón, al día siguiente.

21° DÍA. 29/01/06. Fin del viaje: Villazón - La Quiaca – Jujuy.

Arribamos temprano a Villazón, el último destino en tierras de Evo Morales. Desde allí pasamos sin problema alguno por Aduana de ambos países, sin revisarnos nada de nada, y ya estábamos de regreso en suelo argentino. En La Quiaca intentamos comprar pasajes para el mismo día a Buenos Aires (yo tenía que retomar el trabajo en breve) pero no había. Tampoco aceptan las tarjetas de crédito, ya que estamos les cuento. Como no conseguimos pasajes juntas, aquí finalizó nuestro camino; las Tres Mosquiteras nos separamos y cada una tomó un rumbo distinto: Ana se fue a Areco vía Rosario; Maia y yo seguimos a San Salvador de Jujuy donde ella se quedó en un hostel muy lindo y luego iba a Paraná y yo salí esa misma noche en un bus rumbo a Capital Federal. Resultado del viaje: espectacular. Mejor de lo que pensábamos. Juramos volver a pasar un tiempo alguna vez, tierra adentro en Bolivia.
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